En la ciudad de Puerto Maldonado el día 17 de setiembre del 2022, las mujeres reunidas en el “IV ENCUENTRO DE MUJERES INDÍGENAS HACIA LA DEFENSA DE SUS DERECHOS Y TERRITORIOS ANCESTRALES, unidas, levantamos nuestras voces y declaramos, que:

Con la memoria de las mujeres lideresas, construimos la historia, las mujeres y niñas indígenas solicitamos que nos garanticen nuestros derechos individuales y colectivos, una vida libre de discriminación y violencia.

Sentimos que las autoridades  locales, regionales y nacionales, no consideran a las mujeres indígenas amazónicas como una prioridad en las políticas de desarrollo del país, acrecentando las brechas ya existentes, incumpliendo los estándares mínimos de protección internacional a favor de los pueblos y mujeres indígenas.

Hoy en día vemos afectada nuestras posibilidades de alimentar a la familia, las violencias que nos afectan son múltiples: nos discriminan y violentan por ser mujeres, por ser indígenas, por la falta de una economía. El derecho que reclamamos es a vivir una vida libre de violencias, ello implica que nuestros territorios ancestrales y pueblos no sean violentados, y que se respeten nuestros derechos colectivos e individuales.

Cuando defendemos nuestros territorios, también defendemos todas las formas de vida, presentes y futuras, por ello pedimos que se respete nuestro derecho a la libre determinación, y que el Estado nos proteja y proteja jurídicamente nuestro territorio ancestral.

Que las mujeres indígenas seamos reconocidas como garantes de la sostenibilidad de la cultura y que desempeñamos un rol fundamental en las comunidades; en la lucha por la defensa y respeto de los derechos de los pueblos indígenas; además de nuestro rol como protectoras, portadoras, transmisoras de conocimientos y saberes ancestrales.

Nos comprometemos a reforzar la lucha por garantizar el pleno goce de nuestros derechos, libre de todo tipo de violencia física, sexual o psicológica; hablar y conservar la lengua aprendida de nuestros ancestros y transmitirla a nuestros hijas e hijos; asimismo a continuar velando por nuestra salud y seguridad alimentaria revalorando nuestros productos y saberes ancestrales, de igual forma continuamos firmes en nuestro compromiso de seguir formando nuevas lideres, y caminar de la mano con nuestras organizaciones, con el objetivo de fortalecer nuestra participación activa en la toma de decisiones, dentro y fuera de nuestras comunidades.

Pedimos que se respeten nuestros derechos a participar activamente, con voz y voto, y ser escuchadas, de tener acceso a recursos públicos para proyectos productivos, a tener acceso a la tierra en igualdad de condiciones, a recibir servicios de salud, de educación y de capacitación, a ocupar cargos públicos (políticos con distrito electoral especial para el Congreso o administrativos), a decidir sobre el manejo de los recursos naturales de  nuestras comunidades y a vivir dignamente de acuerdo con nuestras costumbres y tradiciones.

¡UNIDAS CONTRA TODO TIPO DE VIOLENCIA ESTATAL Y PERSONAL, EXCLUSIÓN, SIN CRIMINALIZACIÓN A LAS DEFENSORAS Y CUIDADORAS DE LA VIDA!